El deber ser de lo masculino

El deber ser de lo masculino

«El rol cósmico del varón en la Tierra es cuidar, proteger y salvaguardar lo femenino que contiene la vida» SIN

La mayor responsabilidad de los últimos tiempos sobre el cuidado de lo vital recae sobre el varón; por lo tanto, se hace necesario que el hombre transforme y cambie su forma de pensar, sentir y hacer con respecto al cuidado de sí mismo y de lo femenino, incluyendo la Madre Tierra. Cultivar la capacidad de hacer junto a la eficiencia, sin la comprensión de la vida, sin el autoconocimiento, sin una percepción directa del proceso del «mí mismo», sin un estudio detenido del propio modo de pensar, sentir y actuar, solo servirá para aumentar en el planeta nuestra crueldad, egoísmo y aquellos factores psicológicos que producen guerra, hambre, miseria y dolor.

Ante todo, es necesario conocer las cosmogonías y leyes vitales naturales desde el origen si es que en verdad queremos un cambio radical y consciente.

Si por alguna parte hemos de empezar a laborar sobre nosotros mismos como humanos, debe ser desde la mente, revisando pensamientos y generando cambios en ellos; asimismo, desde el corazón —que regula las percepciones, sensaciones y sentimientos— para afinar la vida hasta lograr conexión con el Ser.

Sería absurdo empezar a laborar con lo concerniente a hábitos, costumbres y acciones de tal órgano o cual centro energético vital. Esto sería como empezar con un mundo mecánico absurdo, como sucedió con la humanidad entrando la revolución industrial; después de todo, ¿qué es lo que se ha ganado con ese sistema? Simple: desarrollar un poco la ciencia y el mundo del intelecto; pero perdiendo la conexión con el Ser y, hasta ahí se llegará.

La conexión con el Ser será imposible si no ordenamos nuestros planos vitales con un alto fin y un elevado propósito. No es posible conectar más allá de los conceptos si no se tiene claro dónde comienza el equilibrio. El punto central de conexión con la creación es y será la sexualidad creadora de lo femenino aunada a la labor de lo masculino en plena responsabilidad cósmica, para que se expanda la humanidad en forma consciente y no accidental.

Si fuera posible crear algo solo desde lo masculino omitiendo lo femenino, nosotros hubiéramos nacido del aire, en algún lago, entre una roca, etc., no seríamos hijos de un hombre y una mujer; pero somos el reflejo de la creación. Así pues, debemos actuar en consecuencia con ella y sus leyes vitales.

Seguir en lo mecánico es absurdo. Quien comienza a laborar con el centro vital sexual sin tener una información correcta, considerando que esta se ha perdido y diluido en los tiempos, no sabe lo que está haciendo, no tiene clara conciencia de la creación en la Tierra; de ahí que la responsabilidad de lo masculino va más allá de lo que el pensamiento del mundo moderno ha generado sometiendo a lo femenino para destruir así el desarrollo de lo vital y fortalecer la soberbia masculina y el ímpetu de lo machista, por ejemplo: un hombre al abandonar a sus hijos o maltratar a su pareja por lo material. El varón no debe seguir cayendo en esos gravísimos errores.

Mucho se habla hoy en día de chakras, de centros magnéticos, de energías, de que somos uno, etc., pero debemos recordar que primero existe un centro intelectual, segundo, un mundo emocional y de percepciones; tercero, el motor o generador; cuarto, el instintivo, donde se maneja la memoria antigua animal; quinto, el energético sexual; sexto, que es la emoción superior o de conexión con el Ser, y el séptimo que es el mental superior, donde conectamos con el Todo. De suerte que, debemos empezar con los centros inferiores de la máquina humana para no caer en el error.

Antes que todo, empecemos con los centros vitales intelectual y emocional, cambiando nuestra forma de pensar para alinearnos verdaderamente con lo que sostiene la vida, de lo contrario, marcharemos por el camino del error y hacia la destrucción de la humanidad.

¿De qué serviría, por ejemplo, que ustedes asistieran a estas cátedras y no cambiaran su forma de pensar? Aquí se les guía a través de palabra, de prácticas, se les orienta sobre la memoria ancestral, mediante ceremonias de fuego sagrado y lunadas, etc., pero si ustedes no cambian su forma de pensar, ¿de qué les sirve todo lo que aquí se les dice?

Se les dice que hay que comprender más que entender, que hay que hacer un gran esfuerzo de cambio para ser ejemplo para la humanidad, que hay que crear al guerrero solar para conectar con el anciano interior o hacer la conexión con el Ser; pero si ustedes continúan pensando como antes, con los mismos hábitos mentales de otros tiempos, ¿de qué sirve todo lo que aquí están escuchando? Se les dice que tienen que morir y desintegrar todas esas formas egóicas e infrahumanas, pero ustedes continúan con sus viejos hábitos mentales, con sus formas, creencias y sistemas caducos de pensar; entonces, ¿de qué les sirve la información que se les está dando?

Se habla muy clara y precisamente sobre el cambio total que deben hacer desde lo espiritual, con el único fin de comprender el hondo significado de para qué están aquí y ahora; que no solo deben oír, sino que deben escuchar para transformar. Imagino que a ninguno de ustedes se le ocurriría remendar o poner remiendos en ropa vieja con pedazos, dijéramos, de ropa nueva. Es ingrato, por ejemplo, romper un traje nuevo para remendar uno viejo. Eso sería absurdo, ¿verdad?

Así también este conocimiento que viene desde la ancestralidad requiere de hombres dispuestos a hacer cambios radicales abandonando esas enseñanzas de separatividad y quereres egoicos y mezquinos de sometimiento a lo femenino que a su paso van dañando todo lo vital, incluso con formas sutiles y de disimulos de cuidado, donde la mujer pierde su libertad de ser y se esclaviza porque el varón no es capaz de amarla en medio de su libertad y poder. Si no abandonamos las formas arcaicas de pensar, si seguimos con los hábitos que antes teníamos y creyendo que somos espirituales y dignos de poderes divinos, sencillamente estamos «¡perdiendo el tiempo!»

Se necesita cambiar la forma de pensar: para conocimiento nuevo, hombre nuevo se necesita; porque si recibimos esta enseñanza cósmica y la añadimos a nuestros viejos hábitos mentales nada estamos haciendo, más que engañándonos a nosotros mismos.

Querer enganchar «el carro de la Enseñanza de los abuelos» a nuestro viejo «carro», dañado por el tiempo, lleno de basuras e inmundicias, sería absurdo.

Toca, ante todo, preparar una mente abierta para recibir la palabra y el conocimiento; solo así, al estar dispuesto a ser transformado, puede recibirse el conocimiento. Es eso lo que quiero que todos los hermanos vayan comprendiendo.

Necesitamos que las emociones negativas sean eliminadas de nosotros, porque esas emociones negativas no permiten un cambio de fondo. Es imposible transformarnos si aún poseemos dentro de nosotros emociones negativas, tenemos que erradicarla de nuestro corazón, ya que son perjudiciales en todo sentido. Una persona que se deja llevar por emociones negativas, se vuelve mentirosa en un cien por cien, de manera que las emociones negativas la tornan mentirosa. Evalúense como mienten, lanzan juicios falsos y luego se arrepienten; pero ya es tarde.

Así pues, debemos eliminar de nuestra naturaleza las emociones negativas, la mentira ciertamente es una conexión falsa, porque mermamos la energía del Padre, la vida del Anciano de los Días, es decir, de nuestro Ser Interior Profundo que fluye a través de la Organización Cósmica interior hasta llegar a la Mente. Si nosotros hacemos una conexión falsa, entonces ya no puede fluir esa Energía. Es como si se cortara el alambre eléctrico, entonces la energía no llegaría al foco que nos ilumina.

Así pues, la mentira, ya les dije y repito, es una conexión falsa. Cuando joven uno se llena de emociones negativas y se torna mentiroso. Si nosotros comprendemos todo esto y empezamos por cambiar nuestra forma de pensar y de sentir, muy pronto esto se reflejará en nuestra persona.

Una vez que uno ha cambiado su forma de pensar, sentir y actuar, entonces estará perfectamente listo para empezar a laborar en los Misterios del Sexo. Cometeríamos un grave error si permitiéramos que las gentes comiencen de una vez a laborar en la sexualidad sagrada sin conocer siquiera su cuerpo y tener claro el conocimiento. Eso es absurdo, porque las gentes que no han cambiado su forma de pensar, que continúan con sus mismos hábitos, las gentes que tienen su misma forma de sentir, que son víctimas de las emociones negativas, no comprenden estos misterios del Ser sin destrozarlos. Entonces, ¿por qué no se insiste en que primero se conozca la ciencia cósmica del caminante solar, para luego entrar a laborar en la sexualidad sagrada? Tiene razón el abuelo Suaga Gua al decir que: «si un hombre supiera lo qué pasa en una relación sexual, en lugar de ir riendo iría llorando».

Empecemos pues por cambiar nuestra forma de pensar y de sentir. Muchos reciben enseñanzas de todo tipo pero si continúan pensando como antes, como pensaban hace 20 años. ¿Qué esperan entonces? Están perdiendo el tiempo. Si se les ha dado a las gentes las enseñanzas para que se autorealicen, para que cambien, y si continúan pensando como antes, obviamente marchan muy mal.

Conozco el caso de algunas personas que llevan entre 20 y 30 años sentándose con los abuelos en el círculo de la palabra, y todavía piensan como pensaban hace 20 o 30 años. Muy ilustrados, sí, manejan muy bien las ideas pero si uno les examina detenidamente todas sus costumbres, verá que son las mismas que tenían antes. Conozco otros hasta muy juiciosos, cumplidores de sus deberes, que platican muy bien sobre el amor, que manejan el conocimiento como una doctrina en forma extraordinaria, pero los he estado observando y resulta que actúan como cuando no eran miembros de la comunidad solar. Actúan como actuaban hace años atrás, tienen las viejas costumbres que tenían cuando nada sabían sobre estos estudios; continúan con esas mismas viejas costumbres, ¿qué están haciendo estas personas, entonces? Obviamente se están autoengañando miserablemente, ¿o no? Solo si cambian su forma de pensar y después su forma de sentir, empezarán a tener una verdadera conexión con su Anciano Interior.

Una Mente decrépita, llena de hábitos viejos, de hábitos de hace 20 y 30 años atrás, no está preparada para recibir el conocimiento. Una mente así necesita forzosamente pasar por un cambio total, de lo contrario, está perdiendo el tiempo miserablemente.

En el mundo oriental no se ignora que la gente está dormida, nadie lo ignora; pero en el mundo occidental la gente cree que está despierta y, sin embargo, hacen cosas que no quieren hacer. Se lanzan a la guerra, más no quieren ir a la guerra, pero siempre van aunque no quieran, ¿por qué? Porque están hipnotizados. Ustedes saben que si a un sujeto hipnotizado, por ejemplo, le ordenamos que vaya a matar a alguien, va y lo mata, eso ya está previsto en el código penal de todos los países. Eso sucede con las gentes de todas las latitudes, están así, pero creen que están despiertas.

Es gravísimo, tremendamente bestial. ¿Qué necesitamos salirnos del sueño hipnótico? Es verdad, pero vamos a ver, ¿cómo salimos de él? Si estamos contentos con nuestros hábitos mentales, con nuestros sistemas de razonar, con nuestros hábitos sentimentales, con nuestras costumbres adquiridas por herencia y por la familia, entonces, aunque escuchemos las enseñanzas, sencillamente, estamos perdiendo el tiempo.

Hombres, pregúntense a ustedes mismos, ¿para qué han venido?, ¿con qué propósito reciben las enseñanzas? Si están aquí reunidos por mera curiosidad, vale más que no hubieran venido. Si de verdad les ha nacido el anhelo de cambiar, pero continúan muy contentos con sus viejas formas de pensar, sencillamente se están autoengañando.

Si ustedes quieren enganchar «el carro de este conocimiento» a sus viejos códices carcomidos por el tiempo y podridos hasta el tuétano de los huesos, pues, están haciendo un juego muy tonto que a nada les conducirá. Así pues, no se autoengañen. Ustedes quieren cambiar, ya lo sé; empiecen por cambiar su forma de pensar.

Cada cual tiene su forma de pensar y cada cual cree que su forma de pensar es la más correcta. En realidad, de verdad, las diversas formas de pensar de cada cual o de todos en conjunto, de correcto no tienen nada, porque están hipnotizados. ¿Cómo puede pensar correcto una persona hipnotizada? Pero ustedes creen que están pensando correctamente. He ahí su error.

Hábitos mentales no sirven. Si es que quieren cambiar de verdad, aquí tienen la Enseñanza solar antigua; pero por favor, traigan mentes abiertas al cambio; porque con hábitos viejos no lo pueden lograr.

Me interesa darles clara la enseñanza a los hermanos, pero darla seriamente, y por eso les invito a cambiar su forma de pensar.

¿Han reflexionado acaso ustedes sobre qué es la Conciencia? ¿Es que acaso podríamos comparar la Conciencia? Mas, hay un poco de luz que se dirige de un lugar a otro, eso es obvio.

La Conciencia debemos aprender a aprovecharla donde debe ser colocada. Donde esté nuestra Conciencia, allí estaremos nosotros. Ustedes me escuchan en este momento, pero, ¿están seguros de que la Conciencia de cada uno de ustedes está aquí? Si está aquí me place, pero, ¿estamos seguros de que está aquí? Puede ser que esté en la casa, en la cantina, puede ser que esté en el supermercado y que aquí tan sólo estemos viendo la Personalidad de tal o cual hermano.

Así pues, donde esté la Conciencia, allí estamos nosotros. Lo que hay que hacer es aprender a aprovecharnos inteligentemente de donde debe de ser colocada. Si colocamos nuestra Conciencia en una cantina, se procesará en virtud de la cantina; si la colocamos en una casa de citas, se procesará allí; si la colocamos nosotros en un mercado, tendremos un buen mercado o un mal mercado. Donde quiera que esté la Conciencia, allí estaremos nosotros.

La Conciencia está desgraciadamente embotellada. Y un habito de la lujuria podrá llevar nuestra Conciencia pues a una casa de citas; un habito de la borrachera, se la podrá llevar a una cantina; un habito codicioso se la llevará por allá, a algún mercado; un habito festivo se la llevará por allá a la casa de algún amigo, etc. ¿Acaso a ustedes les parece correcto no saber orientar la Conciencia?

Tengo entendido que es absurdo llevarla a lugares donde no debe estar, y eso es obvio. Desgraciadamente, repito, nuestra Conciencia está actualmente enfrascada y embotellada dentro de los distintos elementos inhumanos que en nuestro interior cargamos.

Necesitamos quebrar todos los elementos indeseables dentro de los cuales se haya embotellada la Conciencia. Pero díganme, ¿haríamos eso si no cambiáramos nuestra forma de pensar, si estamos contentísimos con nuestros viejos hábitos caducos y extemporáneos que tenemos en la mente?, ¿Nos preocuparíamos, acaso, por despertar la Conciencia? Es claro que no.

Si se quiere cambiar vamos a cambiar desde ahora mismo, a cambiar nuestros hábitos mentales, nuestra forma de pensar. Cuando uno cambia de verdad, origina cambios interiores. Cuando uno cambia su forma de pensar, puede entonces cambiar totalmente en su interior.

¿Cómo puede uno decir que va a provocar un cambio en su Conciencia interior si la deja llevar para donde los hábitos inhumanos y egoicos quieren? Nosotros realmente no sabemos usarla y eso es verdaderamente lamentable. Si queremos un cambio, pero de fondo, debemos también ir aprendiendo a saber qué cosa es eso que se llama Conciencia. No podemos decir que hay un cambio si mi forma de pensar es mezquina y solo pienso en mi, en mi familia y abandonó lo de la común unidad y la humanidad; hay que ser integral y cuidar lo del otro para generar consciencia colectiva con el ejemplo.

En el mundo cósmico solar, solo reconocen como sabio a aquel que se han sacrificado entregando el conocimiento a la humanidad y ha realizado grandes esfuerzos a través de sucesivos tiempos de diferentes vidas.

Hay dos clases de caminantes, dice el muisca chibcha: primero, los caminantes, o mejor dicho, los aspirantes a caminantes. Estos no se van a dedicar a cuidar la humanidad jamás, nunca darán su vida por sus hermanos, y es claro, jamás encarnan al Abuelo Interior e Intimo. Los otros son verdaderamente los caminantes solares, aquellos que han renunciado a la felicidad en el cosmos por amor a la humanidad, aquellos que en distintos tiempos de diferentes vidas han entregado todo para salvaguardar el conocimiento y los misterios para la humanidad. Prefiriendo vivir felices en el cosmos, han renunciado a cualquier felicidad por sus hermanos en la Tierra; son los únicos que verdaderamente pueden encarnar al anciano interior.

Pero volvamos a esto del caminante solar. ¿Qué es el caminante solar? La Conciencia ya despierta, desarrollada, convertida en el sabedor cauto, prudente y conciliador con lo vital. Es pues, la verdadera armadura como la del caracol que nos puede proteger de las potencias infrahumanas y que nos da la sapiencia y asegura la experiencia interior.

Antes de que surja el caminante solar en el interior de alguien, surge el sabedor; es decir, la Conciencia despierta y desarrollada. Vean ustedes pues, cuánto vale ese don que se llama Conciencia. Es lástima que la humanidad tenga la Conciencia enfrascada dentro del ego. Y es claro, que mientras las gentes continúen pensando cómo piensan, sintiendo como sienten y con sus mismas viejas costumbres rancias, no podrán despertar la Conciencia, continuará aquélla hipnotizada. Y como secuencia o corolario diremos que nunca surgirá entonces el caminante solar.

Cuando el sabedor aparece, es porque la conciencia desarrollada y despierta surge en él, en el aspirante, luego pronto aparece el caminante solar. Obviamente el caminante solar se va formando dentro del clímax psicológico del sabedor. Es grandioso conectar su memoria ancestral para llegar al sabedor.

En realidad, mis hermanos, es grande cuando uno verdaderamente cambia su forma de pensar, porque entonces, y solo entonces, labora para despertar la Conciencia haciendo una labor seria que lo conduce al nacimiento del sabedor; antes no es posible.

Vivimos en un mundo desgraciadamente convulsionado, todos ustedes están llenos de dolor, resentimiento, culpa y miedo, que se interpretan como sufrimientos. Felicidad no existe en este mundo, no es posible. Mientras exista egoísmo hay dolor.

Mientras continuemos con nuestra forma rancia no podemos ser dichosos. Mientras seamos víctimas de las emociones negativas, cualquier género de felicidad se hace imposible. Nosotros necesitamos en verdad, llegar a la Felicidad. Esa debe ser nuestra labor diaria, preparándonos para ser nuevos hombres, para cumplir con la labor cósmica de cuidar, proteger y salvaguardar, amando lo femenino en su libertad de ser; así laboraremos como hombres de verdad.

Este mundo se sostiene con las leyes naturales y vitales de causa y efecto, que son las leyes reales. También se les llama acción y consecuencia: tal acción, tal consecuencia. Este es un mundo bastante complejo, es un mundo de asociaciones, combinaciones múltiples y abismos incesantes, lucha de opuestos, etc. En estas circunstancias no es posible que exista en este mundo la Felicidad.

Cada uno de nosotros tiene que pagar sus deudas. Estamos llenos de deudas. Ese es el obstáculo para ser feliz. Recuerda que, como dice el abuelo Suaga Gua, aquí te cobran por tres cosas: «Por hacer lo que no se debes hacer, por dejar de hacer lo que debes hacer y por las palabras que dices o comprometes». Por violar esas leyes naturales es que se atrae trae mucho dolor, mucha amargura y no somos dichosos.

Muchos piensan que podríamos llegar a la felicidad a través de la mecánica de la evolución. Es un concepto falso, porque la mecánica es mecánica. La ley de la evolución, y también la de la involución, constituyen el eje mecánico de esta maquinaria que se llama Naturaleza.

Hay evolución en el grano que germina, en la planta que se desarrolla y da frutos. Hay involución en la planta que ya entra en decrepitud y, por último, se convierte en un montón de leños. Hay evolución en el niño que se forma en el claustro materno, en la criatura que nace, que crece, que se desarrolla y vive a la luz del Sol. Más también existe la Involución en el ser humano que envejece, decrece, entra en decrepitud y, al fin, muere. Eso es completamente mecánico.

También es mecánica la ley de estar endeudado cósmicamente, en cierto sentido, mirado a la luz de las estrellas. Lo que necesitamos es liberarnos de la ley de nuestras propias deudas, de ese movimiento mecánico de la Naturaleza, para hacernos libres, y no será posible mediante la evolución mecánica. Debemos ir mas allá de los simples conceptos intelectuales y creencias dogmaticas.

La evolución mecánica se procesa de acuerdo con leyes de causa y efecto, la de las asociaciones y combinaciones múltiples, etc. Lo que es mecánico es mecánico. Nosotros necesitamos liberarnos de la ley de la evolución y también de la involución, necesitamos dar un gran salto para caer en el Vacío Iluminador.

Obviamente pues, existe una antítesis entre la teoría de la Relatividad que predicara Albert Einstein y el Vacío Iluminador. Lo relativo es relativo, la máquina de la Relatividad funciona con la Ley de los opuestos. En la lucha de las antítesis hay dolor, y eso no es felicidad. Si queremos la auténtica Felicidad debemos salirnos de la ley de la mecánica ésta de la Relatividad.

Dice el abuelo Suaga gua apenas si tendría unos 15 años cuando quise dar el gran salto, pasar más allá del tiempo y evidenciar eso que no es del tiempo, eso que podríamos llamar la experiencia del cósmica del caminante solar en el más crudo realismo. Solo les puedo decir que lo he logrado una sola vez y que falta bastante para lograrlo definitivamente.

En el Vacío Iluminador no existe dualismo conceptual de ninguna especie; la maquinaria de la Relatividad no funcionaría en el Vacío Iluminador, la Ley de las Mutuas Combinaciones, de Asociaciones Mecánicas no es posible en el Vacío Iluminador. Toda la Relatividad de Einstein quedaría, destruida en el Vacío Iluminador.

Indubitablemente, la experiencia del Vacío Iluminador sólo es posible en el estado de alta quietud mental y armonía consigo mismo.

En el Vacío Iluminador no existen formas de ninguna especie. Podría decirse que allí pasa uno más allá del Universo y de los Dioses. En el Vacío Iluminador podría haber una respuesta correcta a aquello de que: «Sí todo el Universo se reduce a la Unidad, ¿a qué se reduciría la Unidad?».

Tal respuesta no es posible para la mente lógica, o por lo menos con la mente que funciona de acuerdo con la lógica formal. En el Vacío Iluminador no es necesaria tal respuesta, sino que admite una realidad potente en sí misma. «Todas las cosas se reducen hacia la Unidad, la Unidad también se reduce a todas las cosas». Entonces se penetra en ese estado de conexión con el ser dijéramos, se vive en todas las cosas desprovisto de todo, y esto, de por sí, ya es grandioso, sublime e inefable.

El Vacío Iluminador sólo es posible mediante el gran salto y la condición de haber pasado por la aniquilación de ese hombre sabedor total, de lo contrario no sería posible.

En aquella época aún no había pasado yo por la forma de cambiar mi pensamiento y, obviamente, a medida que me acercaba a la Gran Realidad, la Conciencia se expandía en forma desmesurada. Es obvio que en esta situación, no habiendo pasado por la muerte para llegar al sabedor, muchas veces he sentido terror, motivo por el cual regresé a este mundo mecánico que genera mucha incertidumbre, tristeza muchas veces me siento cansado, pero jamás derrotado para laborar con el Anciano Interior, para entregar el conocimiento y salvaguardar los misterios para esta humanidad doliente.

Existe una intuición de tipo trascendental, porque en el terreno de la Intuición, o en el mundo de la intencionalidad, hay distintos grados de intuición. Incuestionablemente, el más elevado grado «intuicional» es el de las mentes filosofo-religiosas o filosofo-místicas, pero la mente que conecta con el Anciano Interior y la sabiduría universal es el tipo de intuición que corresponde al caminante solar.

Tal facultad no permite pasar más allá del mundo mecánico y caer en el Vacío Iluminador, a la Gran Realidad donde debemos: dejar que todo pase y no sea lo que quiero que pase. Eso es mecánico.

Quiero afirmarles en forma enfática que este camino conduce a la Gran Realidad, que está más allá del universo de la relatividad; es decir, está más allá de las leyes mecánicas del hombre del común en medio de la relatividad, mucho más allá de los conceptos y formas se encuentra el Vacío Iluminador. Mientras tanto, para nosotros es necesario pasar por una suprema aniquilación de lo infrahumano a fin de que la Conciencia, convertida en sabedor y totalmente despierta, pueda dar el gran salto al Vacío Iluminador.

Ya les digo: tenemos que empezar por cambiar nuestra forma de pensar para laborar correctamente sobre sí mismos. No podríamos concebir nosotros despertar de la Conciencia, el desarrollo del sabedor, si antes no cambiamos nuestra forma de pensar.

Es necesario saber vivir en plenitud, comprender lo que es generar bienestar, el objeto de la vida en movimiento. ¿Qué es lo que queremos nosotros a través de la vida en movimiento? Nadie podría tener su mente en santa paz con ese pensar caduco y extemporáneo que carga. Nadie podría tener paz en su corazón si no hubiese eliminado de sí mismo previamente las emociones negativas y perjudiciales.

Cuando un hombre se sumerge en sí mismo, en esos instantes se pone a laborar sobre algún elemento inhumano que ha descubierto mediante la autobservación.

Vamos a suponer que descubrió la ira. Entra entonces a comprender el estado inhumano psíquico de la Ira con la ayuda de su la fuerza divina de lo femenino, podrá invocarla fuerza del amor para que le ayude, una vez descubierto el estado inhumano. Entonces ella propondrá desintegrar tal agregado para que venga en su sustitución el Amor.

A medida que se vayan desintegrando todos esos estados inhumanos que cargamos en nuestro interior, la Conciencia irá despertando.

Mucho se ha hablado sobre el Sexo, mas debemos primero cambiar nuestra forma de pensar para que nos hagamos más conscientes de la enseñanza. Solo así podremos laborar  con éxito en la sexualidad sagrada y en el manejo de los elementos vitales del agua, aire, fuego y tierra, en conexión con el Todo y el Gran Aliento de Padre-Madre Dios.

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